Aguas de Borines S.A.

Las aguas del manantial de Borines se explotan desde 1873, fecha en que se declararon de utilidad pública, sobre todo por parte de usuarios de la localidad. Como balneario tuvo, sin embargo, una historia muy irregular. No empezó a tener un nombre entre los establecimientos de estas características hasta bien entrado el cambio de siglo en el que sus propietarios construyen un conjunto de instalaciones más modernas e higiénicas que se puede ya considerar como tal Balneario de Borines y se le dota de los habituales servicios médicos y hosteleros. Se contruye un edificio funcional de tres plantas más buhardilla, alojándose las instalaciones balnearias en la planta inferior del edificio. Frente a esta edificación se contruyeron un chalet para el propietario y diversas instalaciones auxiliares de las que sólo se conservan en buen estado el primero. Tras el cierre del balneario el resto de la edificación se ha transformado en una planta embotelladora de aguas, destino final del negocio. El pueblo de Borines es un reflejo de la influencia que llego a tener el Balneario en el pasado y aún hoy continuan funcionando buena parte de las posadas y casas de hospedaje que se abrieron para atender a los bañistas. La historia empresarial de la sociedad actual es menos conocida, se puede considerar como tal la compra del balneario efectuada por el indiano Félix González Madera a Emilio Ballesteros, heredero de los fundadores del mismo, los hermanos Serafín y Lázaro Ballesteros. En la actualidad la propiedad la comparten seis grupos accionariales liderados, ocupando la posición mayoritaria, por la Sociedad Astur de Concentrados S.A..

No se han obtenido datos fiables al respecto. La actual empresa embotelladora declara no poseer otros materiales que un legajo de cartas fechadas en 1873, los numerosos cambios de la propiedad desde la venta del antiguo balneario por parte de la familia Ballesteros dificultan el rastreo de datos sobre el destino final del fondo histórico. Es probable que la antigua familia propietaria o coleccionistas privados posean restos de este fondo pero los actuales gestores no pueden confirmar ni desmentir este extremo.

Lo que queda en manos de la empresa actual no pueden considerarse otra cosa que restos de escaso valor informativo, se trata de varias cartas fechadas en 1873 y relativas a la declaración de utilidad pública de las aguas de Borines, han proporcionado fotocopias de dichos materiales a la Consejería.

No han proporcionado datos al respecto.

Carecen de sistemas de organización y de política alguna en materia de gestión documental.

No permiten el acceso a sus fondos, con la ejecución de las fotocopias de sus materiales antiguos consideran terminado este capítulo.

Buen estado de conservación.

Carecen de inventarios o relaciones de fondos.

Consejería de Educación y Cultura: Jefatura de la Sección de Archivos.

Vicente Siegrist Trelles

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