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Nuevos testimonios para la historia del occidente asturiano

El Archivo Municipal de Tineo incorpora a su fondo documentos de seis escribanías

 

Recientemente el Archivo Municipal de Tineo adquirió, por donación de descendientes de la familia Menéndez Anciola, documentación de seis escribanías que se conservaba en la llamada Casa “El Escribano” de la localidad de Muñalén.

Es una documentación histórica única constituida por diversos protocolos y escrituras notariales  que abarcan desde 1737 a 1874, en la que se refleja numerosos aspectos relacionados con la vida privada y familiar, las relaciones sociales, los modos de vida y la mentalidad de los distintos sectores sociales del concejo. Constituyen, por lo tanto, una fuente de información de primer orden para la investigación histórica, la sociología, la antropología y otros campos de estudio.

Son, también, un testimonio de los antecedentes de la institución notarial, al que la Ley Orgánica del Notariado de 28 de mayo de 1862 otorgó su perfil actual al reconocer carácter público a los documentos privados autorizados por la firma del notario y definir a este como “funcionario público autorizado para dar fe, conforme a las leyes, de los contratos y demás actos extrajudiciales".

La documentación recibida de esta donación de Casa “El Escribano” se encuentra en bastante buen estado de conservación. Su amplia extensión temporal y temática, que abarca desde pleitos a inventarios de fincas y bienes, pasando por autorizaciones de testamento, escrituras de compraventa, acuerdos matrimoniales o compromisos de particiones de bienes, ofrece información sobre numerosos aspectos de la organización de la administración y la vida municipal, las manifestaciones artísticas y culturales, la enseñanza, la sanidad o la toponimia. En este último caso, por poner un ejemplo, se centra la constatación escrita de la denominación tradicional de los pueblos de San Frechoso, La Teyera, Paniceiros y La Zreizal, frente a la forma alterada recogida en los nomenclátores oficiales.

Pueden extraerse también datos referentes a la indumentaria tradicional de la comarca a partir de inventarios y testamentos como el que Francisco García Barzanallana autorizó en 1826, en el que se certifica el uso de la montera como prenda masculina, ya que de entre sus ropas dejó, entre otras cosas, “un calzón, un chaleco, un capote, dos camisas, una montera…”.

 

Igualmente, son destacables las referencias que en la documentación se encuentran a los cotos de Las Morteras, Obona, Sangoñedo, Bárcena y Mirallo, desaparecidos a partir del primer tercio del siglo XIX. Del coto de Las Morteras, cuya capital era Villarmilde (actual La Mortera), llama la atención el expediente promovido en 1799 por Simón Rodríguez de La Rebollosa, como marido de Bárbara Gómez, quien antes de casarse con él había quedado embarazada de Antonio García Leydosa de Villarmilde. Reconocidos los hechos, el matrimonio exige, “en calidad de dote y en compensación por los agravios”, 1.160 reales de vellón o un prado, “y un pellejo de buen vino de Castilla para ayuda de su convalecencia y dieta en el parto”.

Estos conjuntos de escrituras públicas redactadas por un notario y agrupadas cronológicamente, ofrecen variedad de asuntos y son especialmente relevantes para el conocimiento de los sistemas de propiedad y transmisión de la tierra, pero también para sucesos de la historia local.

Así, en una escritura del escribano Manuel Rodríguez Villademoros se menciona la incursión del Comandante Gautier en Tineo al mando de las tropas francesas en el año 1810. Además de documentar distintos aspectos desconocidos de la invasión napoleónica en el concejo, aborda la presunta complicidad del párroco de Villatresmil con las tropas invasoras. Una vez expulsados los franceses, el escribano toma declaración a varias personas a instancia de la Real Audiencia de Oviedo, y realiza un informe realmente novelesco.

Fueron muchos los escribanos que ejercieron su oficio en el Concejo de Tineo, teniéndose constancia en el Archivo Histórico de Asturias de alrededor de un centenar que ejercieron desde el año 1579 hasta 1910. El fondo documental de la Casa El Escribano corresponde a seis de ellos: Juan Ignacio García de Nera (entre 1737 y 1786), Manuel Rodríguez Villademoros (entre 1782 y 1837), Manuel Álvarez Sierra (1790), Carrizo de Llano (1810), José Menéndez y Gómez Castrillón, escribano de Muñalén (entre 1831 y 1874) y Francisco Antonio Francos (1835).

A su vez, estos incorporan a sus escrituras poderes y testimonios de otros varios, como Baltasar Avello, Joseph García de Nera, José Manuel Miranda Arango, Manuel Carrizo de Llano, José Miguel Soto-Jove, José Valledor y Ron, Antonio Gómez del Río, Narciso León o Manuel García Rayón. Cada uno de ellos con su propia firma y rúbrica distintiva, dejando testimonios que permitirán abrir nuevas líneas de investigación y estudio en ámbitos de la historia, la economía, la antropología o la sociología en el occidente de Asturias.

 

Elías Fernández Rodríguez

 

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