Esta pequeña empresa de carácter familiar no dispone de estructura de archivo alguna, sus fondos documentales son producto de la acumulación administrativa y del interés conservacionista de sus propietarios, descendientes directos de los fundadores. Desde la creación de la primera fábrica de embutidos, en 1925, hasta su constitución como Sociedad Anónima en 1970 no ha cambiado de localización y la propiedad de la industria y su marca sigue en manos de los nietos del fundador. La entidad se muestra muy celosa de su marca tradicional y del patrimonio documental que la sustenta y ha realizado un considerable esfuerzo de conservación de los elementos de arqueología industrial que aún conservan -maquinaria, litografías, marchamos, serigrafías, etc.-. Sin embargo, se conserva un fondo documental muy reducido debido al largo periodo de tiempo en que la empresa funcionó como entidad unipersonal.